La instancia fue organizada por el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) y contó para su apertura con la presencia de su vicepresidente, Fernándo Rodríguez, y de su presidenta para el cierre.
Luego de la apertura, tomaron la palabra los y las adolescentes Pilar Amaya, Santiago Carnales, Sofía Iturbide y Juan Zamora, para compartir los objetivos y logros del Consejo Asesor Consultivo (CAC) del Directorio de INAU, definidos en la ley recientemente aprobada 19.785.
Luego, el seminario se estructuró en tres paneles. El primero “Reflexiones sobre los avances y retrocesos del proceso de construcción de una adolescencia ciudadana” estuvo a cargo de las abogadas Susana Falca y Andrea Venosa.
En el segundo panel participaron Verónica Filardo (FCS/UdelaR) y Lucía Pierri (INAU) y propuso reflexionar sobre “las políticas dirigidas a las adolescencias y sus incidencias en la construcción de ciudadanía”. El último panel hizo foco en las prácticas socioeducativas con adolescentes y la autonomía progresiva.
Este seminario se enmarca en el ciclo de actividades organizadas por INAU como celebración de los 30 años de la Convención sobre los Derechos del Niño. Es además, el puntapié de un proceso de reflexión y debate sobre la constitución de las ciudadanías adolescentes que prevé - entre otras actividades - un ciclo de mesas de discusión en marzo del año 2020.
En primer lugar, queremos reafirmar la importancia institucional que tienen las adolescencias para INAU. Estos espacios donde se están analizando y discutiendo los haceres y los saberes. Estamos hablando que INAU trabaja con cerca de 20.000 adolescentes a lo largo y ancho del país a través de distintas modalidades. Son más de 200 proyectos, donde hay experiencias maravillosas. Y eso se tiene que traducir en bancos conceptuales y programáticos comunes, de manera que se pueda mirar todo lo que se hace.
Muchas veces hay una frustración por no poder tener una mirada más integral debido a los cortes que se generan en determinados momentos de la vida. No solamente en los egresos, sino también en los pasajes de unos procesos de trabajos a otros. Eso es un desafío.
Colocar este tema en un momento de cambio de la Administración, estamos convencidas que las adolescencias tienen que tener un lugar prioritario en la agenda de los próximos años, que tiene una base de acumulación sustantiva que hay que poner en valor. Hay que traducirla a partir de la cantidad de información que sí necesitamos mejorar y que eso se tiene que proyectar en la multiplicidad de líneas de trabajo.
Fundamentalmente, hay que generar líneas comunes que pongan en el centro la autonomía. Esto es lo que debe atravesar todos los procesos de trabajo del INAU: desde la primera infancia hasta los procesos de acompañamiento de las y los chiquilines que pasaron los 18 años y que siguen vinculados. Es vital, por tanto, asegurar que no se corten los procesos de trabajo, que haya continuidad.
Por tanto, reafirmamos la necesidad de finalizar esta Administración con la consolidación y sistematización de los lineamientos conceptuales en la temática. En este tema, necesariamente tenemos que consensuar. Es una realidad que en los distintos proyectos hay saberes y posicionamientos diferentes, pero tiene que haber un posicionamiento común que nos permita definir líneas de programas.
Para cerrar, quiero hacer llegar nuestras felicitaciones a cada una de las personas que cada día le ponen el cuerpo para generar mejores condiciones de vida para los adolescentes, para las adolescentes. Sabemos que llevan adelante una labor tremendamente desafiante y que sin lugar a dudas requiere de un enorme compromiso tanto a nivel profesional como personal.