Con motivo de homenajear a las mamás en su día, el Centro "Caritas Felices I" de Trinidad les regaló un hermoso día en las Termas de Guaviyú en una jornada de integración entre madres e hijos, disfrutando a pleno.

Muchas gracias a la Dirección Departamental por permitirnos realizar estas instancias y a seguir apostando por más!!!

El centro está dirigido a madres de niños y niñas de 0 a 2 a dos años y se ubica en la ciudad de Salto.

La Estimulación Oportuna (EO) es un conjunto de medios, técnicas, y actividades con base científica y aplicada en forma sistémica y secuencial que se emplea en niños y niñas desde su nacimiento y durante los primeros años de vida. El objetivo es desarrollar al máximo sus capacidades que les habilitará a formar las bases para la adquisición de futuros aprendizajes.

Se trata de un servicio entre el INAU y la Asociación Civil del CAIF Barrio Williams que ofrecerá los talleres de EO en la Unidad N°20 del Instituto Nacional de Rehabilitación, donde viven en contexto de encierro, mujeres, niños y niñas.

Para ello, se cuenta además con el apoyo y colaboración de otras organizaciones estatales como: BPS, INR, MIDES, UCC, ASSE, cuya incidencia en asuntos de niñez y adolescencia es importante al momento de las respuestas necesarias para mejorar la atención a la primera infancia como política pública que el país se ha trazado.

Los Ministerios del Interior, Salud Pública y Educación, en conjunto con la Administración Nacional de Educación Pública, el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) y el Plan Ceibal, coordinan acciones para el seguimiento del fenómeno denominado “Reto de la ballena azul” o #BlueWhaleChallenge, a través del cual se registraron casos de niños, niñas y adolescentes que vieron afectada su salud por participar en esta actividad a través de internet.

INAU y la Fiscalía General de la Nación, acordaron criterios respecto al tratamiento de las víctimas cuando estas son niños, niñas y adolescente en el Código Procesal Penal que está en proceso de revisión en el país.

Para ello, con las intervenciones de la Unidad de Especializada de Género (UEG), la Unidad de Víctimas y Testigos, la Fiscalía del Crimen Organizado, las Subdirecciones Generales de INAU, Asesoría Letrada y miembros del Directorio, se entendió interesante reconocer que estos cambios a realizase representan una “oportunidad para transparentar las intervenciones, definir los roles de cada organismo participante, de fortalecer los equipos intervinientes y de conformar efectivamente un Sistema de Protección”, señaló la Dra. Diana González de la UEG.

Dirigir los cambios hacia: la reparación de los daños; la defensa adecuada; la voz de las víctimas, pero no desde el relato y la pregunta reiterada, sino desde la importancia del testimonio; evitar la revictimización por cualquier medio; así como mejorar las condiciones de abordaje, son elementos clave que hacen a un cambio significativo del Código.

Asimismo, se incluyen aspectos que están contemplados en las recomendaciones a nivel internacional como por ejemplo: el acceso a la justicia y el tratamiento de las víctimas cuando son niños, niñas o adolescentes para que puedan contar con los asesoramientos profesionales adecuados; no realizar interrogatorios de forma separada para que no se reitere el relato de la víctima; examinar a los testigos; permitir la permanencia de un acompañante emocional, recepcionar a las víctimas con privacidad, entre otras, que también hacen a los cambios que se están incluyendo en esta revisión.

Las cifras registran un crecimiento respecto a la medición del año anterior de 39%, las cuales fueron detectadas, abordadas y registradas por operadores de infancia y adolescencia, mediante intervenciones enfocadas a la detención de la violencia, la restitución del ejercicio de derechos y en la medida en que esto fue posible, la reparación del daño sufrido.

Según el informe de Gestión 2016 elaborado por el Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV) ,durante el año pasado hubo 2.647 situaciones de violencia hacia niños y niñas, lo que es casi siete casos por día. La mayoría de las situaciones registradas fueron crónicas y recurrentes. El 62% de los niños y niñas que fueron víctimas no logró visualizar la violencia y el 93% de las personas que agreden a niños y niñas son familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia, indica el informe.

Los datos presentados muestran que el 44% de las víctimas tienen entre 6 y 12 años, mientras que el 32% se da entre 13 y 17 años, siendo la violencia emocional la más común entre las vulneraciones hacia niños, niñas y adolescentes (42%), luego le sigue la violencia física y sexual, que se da en un 20% cada uno, por último el maltrato por negligencia constituye el 18% de los casos.

El Informe se presenta desde la responsabilidad estatal de rendir cuentas ante la ciudadanía por sus actuaciones y se rescatan para ello aspectos conceptuales acordados en ese ámbito, en el esfuerzo por comprender el origen del maltrato y abuso sexual hacia la infancia y la adolescencia y que están en la base de las definiciones de políticas para combatirlos.

Al hacer públicos los datos anuales, este documento no solamente muestras cifras, gráficas, cuadros comparativos, etc. que hacen a lo meramente estadístico; sino que además y sobre todo pone en la agenda pública y en la ciudadanía en general el abordaje de un problema que trasciende los límites del “hogar” y la “familia”.

El esfuerzo y el compromiso exigido también está dirigido a las situaciones que no llegan a ser denunciadas, a la importancia de la detección e intervención a tiempo, de construir una vida libre de violencia hacia los niños, niñas y adolescentes y de poder discernir entre todos la frontera entre lo privado y lo público cuando de violencia se trata y actuar oportunamente.

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